¿Qué hubiera sido de Dalí sin Gala?

Mucho puede decirse del gran Salvador Dalí: que fue, es y será un gran artista; uno de los más reconocidos de su tiempo; que fue el creador del surrealismo, que fue expulsado del movimiento surrealista años después, y hasta algunos sólo pensarán a primera vista que tiene un rostro muy particular. Yo no puedo dejar de pensar en su relación con Gala...

El año pasado y casi sin buscarlo tuve un acercamiento muy fuerte a la vida y obra del gran Dalí, viajando por España, en búsqueda de lugares y experiencias nuevas que otras personas me habían recomendado .
Fue así como desde Barcelona llegué a Figueras en tren, luego en un bus a Cadaqués, donde nos entregaron un mapa del lugar , y de ahí a pie hasta Port Lligatt el destino y la razón de tantas horas de viaje.
Figueras es donde Salvador nace y crece durante su adolescencia. También es el lugar donde se encuentra el famoso Museo Dalí donde el mismo edificio es surrealista por fuera, y el cual contiene la mayor parte de las obras de este artista.

Cadaqués es un pueblo de pescadores, que atrajo siempre la atención de grandes artistas. El agua allí es transparente y tuve la suerte de disfrutar de un excelente baño de mar en una cala, un día soleado.
Llegamos al fin caminando a Port Lligat donde está la famosa casa de Dalí en la quer vivió años junto a Gala, su amor, su inspiración, su amiga, su musa. Si bien algunos dicen que Dalí era gay, e impotente y que Gala tenía miles de amantes a quiénes llevaba a sus otras casas, sus obras muestran que la relación entre ellos era incondicional, de alguna forma. Quizás algunas relaciones sean difíciles de entender para los de afuera.
En esa oportunidad no pude entrar a tan añorada visita, ya que recibe miles de visitantes al año (más aún durante el verano) y los cupos estaban completos para aquel día.
Por esas cosas de la vida, tuve la suerte de permanecer en Barcelona bastante tiempo, y esa misma casualidad me llevó nuevamente hasta Port Lligat. Esta vez en auto...recorriendo la costa Brava con mi primo, quién aún todavía no había explorado esas tierras mágicas.
Y esta vez esperamos hasta las 8 de la noche para entrar, a la última visita guiada del día, sólo porque dos turistas que reservaron con mucha anticipación, no lograron llegar a la cita. Casualidad...o destino.
Por fin logré ingresar al mundo de Dalí, la entrada de su casa, su living, su habitación con Gala (con dos camitas separadas), su cuarto de pintura, su closet, su jardín.

Mis ojos no sabían para dónde mirar, todo en ese lugar merecía de gran atención y los guías de la visita te apuran permanentemente para cumplir con el horario del recorrido. Mientras tanto se hacía de noche.
Muchas cosas quedaron grabadas en mi memoria, pero si tuviese que elegir una para contar, sin duda sería la pintura a medio terminar, en la sala que Dalí destinaba a tal fin. Cuentan que a esa pintura que se encuentra aún allí, Dalí la estaba pintando en el momento en que Gala murió, y frente a este acontecimiento, inmediatamente él abandonó esa casa en Port Lligat y dejó la pintura a medio terminar. Es que según dicen, él no pudo con el dolor de estar en esa casa que era de los dos, la casa que disfrutaron juntos, y sintió la necesidad de mudarse enseguida y dejar todo tal cual estaba. Tal como Gala lo había dejado.
Esas historias que impactan..., esa y la cantidad de fotos y retratos de Gala que se encuentran en toda la casa.
Quería compartirla...quería volver a vivirla...